sábado, 26 de junio de 2010

Martín espera






Notable cuánto apelamos a la superstición gracias a Palermo.


Que tiene la suerte de su lado. Que las pelotas le van. Que está tocado: Palermo está tocado. Maradona es Dios, Lionel el mesías, Martín el ángel milagroso. La cancha de fóbal, metáfora materialista de la vida entera, nos encuentra con una cierta necesidad atea de dios.


Dicen que todos somos algo más de lo que hacemos. Martín, genio espástico, pareciera ser al revés: hace más de lo que es. ¿Cómo funciona el optimista del gol? Escuché una sola explicación futbolística. Cuando Messi la agarra en tres cuartos e inmediatamente deja un muñeco en el piso, corriendo hacia la medialuna apila uno, dos, tres, se abre el hueco para sacar el tiro y patea fortísimo al arco, todo en un segundo, estamos esperando, todos, cómo se clava la pelota en la red. Martín en cambio, espera el rebote.

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